Por Susadny González Rodríguez
El consenso entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia respecto a la necesidad de una reforma rural integral abrió la puerta de oro para continuar el debate de otros cinco puntos con vistas a pactar el silencio de los fusiles. Si bien el primero constituye la nuez del conflicto que desangra a Colombia hace 50 años, el acápite de la participación política que ahora ocupa a las partes se esboza como uno de los más complejos, pues entronca con temas todavía por abordar, y desencadena visiones antagónicas de una realidad compleja.
Oportuno es recordar que la mesa de negociaciones arranca con cerca de 400 propuestas presentadas por organizaciones sociales en el Foro de Participación Política. Sugerencias que patentizan la capacidad analítica y creativa de un pueblo que imagina su modelo de democracia participativa y una sociedad orientada al desmontaje de las “locomotoras neoliberales del despojo”.